El deterioro del medio ambiente y sus consecuentes efectos negativos en la calidad de vida, son producto de la acelerada tasa de crecimiento poblacional, representando los vertimientos directos la mayor amenaza al recurso hídrico por la introducción incontrolada de contaminantes, ya sean de origen doméstico, comercial e industrial; provocando un impacto a corto y largo plazo sobre la fuente receptora. Estas descargas generan problemas ambientales como la alteración en las propiedades fisicoquímicas y microbiológicas del agua, con el consecuente efecto sobre la salud pública. De esta forma para realizar la disposición final de los residuos líquidos, generados en desarrollo de una actividad o servicio, los cuales generan un vertimiento a las aguas superficiales, marinas o al suelo es necesario llevar a cabo un previo tratamiento y con esto dar cumplimiento de las normas de vertimientos contempladas en el Decreto Único Reglamentario del Sector Ambiental 1076 de 2015 y cumplir con los parámetros establecidos en el Decreto 3930 de octubre de 2010 y normativa relacionada Decreto 1076 del 2015, resolución 0631 del 2015. Es obligación de las personas naturales o jurídicas que desarrollen actividades de tipo comercial, industrial y de servicios y viertan sus aguas residuales caracterizarlas. Por lo anterior es necesario evaluar el impacto de vertimientos de aguas residuales, el cual llevamos a cabo a través de estudios y evaluaciones que estima las cargas contaminantes que son aportadas a las fuentes hídricas, para determinar el grado de contaminación, analizando el comportamiento multitemporal del índice de contaminación y estableciendo el índice de calidad, que permite determinar el estado actual de las condiciones de calidad que el recurso hídrico presenta; esta valoración se hace por medio de la integración parámetros fisicoquímicos y microbiológicos y así definir finalmente estrategias para mejorar la calidad y minimizar la contaminación del recurso hídrico y dar cumplimiento a la normatividad legal vigente.